Las letras pueden ser tan vastas como para herir un corazón, o tan cálidas para sanarlo con poesía. Todos tenemos mares de sensaciones cada día, ¿qué pasaría si las escribiéramos todos los días? Como en un diario, ¿podríamos plasmar el universo de pensamientos que rondan en nuestra cabeza? ironía, amor, odio, sexo, enfermedad, dolor, ambición, plenitud…
Escribo sin pensar sobre qué, solo dejo que estas letras fluyan, sin revisión ni corrección de estilo, sin buscar los sinónimos para las palabras que se repiten por culpa de alguna muletilla.
Me entrego a la emoción que tengo en este momento: estoy cansada de darme “golpes de pecho”. En unas horas cumpliré 29, y estará bien si todavía no soy perfecta (nunca lo seré). ¿Que si me he quejado de la vida? – Sí, nimiedades pasajeras me han desvelado muchas veces.
Debo decir, por suerte, no me atormenta -aún- tener “patas de gallina”, ni tener “brazos de tía” (que por seguro, los tengo). Ya me estoy dando cuenta de lo difícil que es bajar de peso después de los 25, y ciertamente estoy intrigada con lo que dicen las que ya van para los 40: “a los treinta te sientes más libre”, “en el tercer piso dices más groserías sin que te importe lo que piense la gente”, “vas a tiras más y con menos culpa”, “el domingo es de un ‘vinito’, un buen libro y de tu gata ‘Lala’” (el nombre que me acabo de inventar).
Honestamente no sé si festejar o llorar. Veo a mis amigas casándose, teniendo hijos, yéndose a vivir con sus parejas, incluso, ‘la pulga’ tiene novia y novio a la vez (esta pendeja sí que está tirando más). A veces, no sé qué responder cuando me preguntaban si quiero tener hijos, supongo que sí, ¡pero HEY! déjenme encontrar con quien hacerlos, o al menos, déjenme adoptar una gata primero (como si así se despertara el instinto maternal).
La vida está pasando y ya no me estoy quejando mucho.
No puedo decir que soy más sabia, pero sí, que tengo experiencias vividas. En este viaje de más de 200 kilómetros por hora, irónicamente, hay que darse UN TIEMPO, ese momento, ese stop, para darse cuenta de los mensajes que nos va dejando uno que otro paisaje…
Y el más divino y sincero de los clichés: donde una puerta se cierra, se abre otra. Pero me aburren los clichés, así que voy a ser pionera de algo más razonable:
No puedo terminar de escribir lo que no comencé. Así que espero las horas que le faltan a la noche, para encontrarme con los pensamientos donde extraño a personas. Y sigo escribiendo poemas sin dedicatoria, tomándome una botella 14 Hands sin importar que no es domingo, solo para celebrar la vida.
Y voy a reírme, lo sé.
Porque igual que reviso la ortografía de mis poemas vacíos, aún cuando llore, rio.
Caro este es mi post o artículo no se como se diga favorito, créeme que te admiro por como has vivido la vida con sus idas y vueltas…. te digo que no hay nada más sabio que no atormentarse por el futuro, vivir cada segundo y bad afrontar los errores, siento que en mi afán de encontrar el hombre perfecto fui la pendeja más grande y la carrera de tener una familia me llevo ahora a ser una futura madre soltera…. no me arrepiento pero brindemos por seguir viviendo el presente, riéndonos y viviendo el momento, ahora decido no buscar estabilidad sino felicidad!! Me encantó al máximo todo lo leído aquí, gracias por compartir y llenarnos de energía